Oficios, Títulos, Nombres.

 

“Y el mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para de la edificación del cuerpo de Cristo” (4:11-12).

 

Una de las cosas que aprendí al llegar a la iglesia y que llamó mi atención desde un principio; fue el énfasis que los predicadores hacían sobre la manera de “hablar y llamar a las cosas bíblicas de manera bíblica.” Uno de los temas que cautivan la mente sincera, es escuchar, nosotros somos cristianos solamente (Hechos 11:26), nosotros no somos ninguna denominación humana sino solo la iglesia de Cristo (Romanos 16:16), la iglesia de la cual habla El Nuevo Testamento. Esto fue algo que finalmente termina convenciendo y le da forma al camino del estudio de la Biblia, al llegar a conocer el famoso lema de las iglesias de Cristo “donde la Biblia habla, hablamos, donde la Biblia calla, nosotros hacemos silencio.”

 

Al pasar los años, y conocer muchas realidades dentro de la iglesia, en lo particular no me decepciona, pero si vienen algunas desilusiones. Se que mis hermanos no son perfectos (igual que yo), sé que mis hermanos cometen errores (igual que yo), pero independientemente de esto, la libertad en Cristo, nos lleva a tener derecho de hacer notar cuando así sucede. Hay que decir que hay situaciones en las que no estamos de acuerdo y en ningún momento podemos apoyar aquello que es diferente o contrario a las enseñanzas de Jesus. 

 

Este es uno de los asuntos a los que me refiero, y que tiene que ver con lo que conocemos como oficios dentro del cuerpo de Cristo—la iglesia. Es también; una de las raíces que desde su origen a llevado a creer y a practicar formas diferentes a lo que dice la Biblia. Es una de las raíces de división cuando aún en vida de los apóstoles ya empezaba a manifestarse esta clase de pensamiento. Es una de las raíces que trajo la apostasía cuando uno de los pastores u obispos en la iglesia de Roma se convirtió en el llamado obispo monárquico, tomando autoridad por encima de los demás en la congregación y posteriormente, convertirse en el obispo metropolitano, tomando poder sobre otras congregaciones. ¿Le suena familiar esto? ¿Ha visto esta imagen hoy, un predicador teniendo poder sobre otra u otras congregaciones?

 

La lista va a ser muy larga si nos ocupamos de eso, distintos oficios, y sus formas de llamarlos abundan en las denominaciones. Mi intención por ahora es reflexionar un poco en lo que ha ocurrido y el cómo en algunas iglesias de Cristo esto también se hace presente, aunque de una manera algo disimulada. Esto, no solo se da en el caso de los varones, pues de igual forma alcanzó a la mujer. Por ejemplo, en una buena cantidad de grupos religiosos la pastora. En algunas llamadas iglesias de Cristo, usted puede encontrar la maestra de escuela dominical, la directora de programas, la líder femenil etc., etc. O bien en otros casos usted puede ver la familia del predicador (esposa, hijas) ejerciendo un poder de dominio o control sobre las demás mujeres y en ocasiones el control es sobre los hombres también.

 

Al venir a los oficios en la iglesia del Nuevo Testamento, encontramos que estos solo fueron dados al varón, además con ciertos requisitos por cumplir. Si usted sigue el tema, no encuentra a la mujer en este campo dentro de la iglesia del Nuevo Testamento.

 

1.       Oficio: definiciones del Diccionario Expositivo Vine

ergasia (ἐργασία, G2039), una actividad relacionada con trabajo, negocio o ganancia, esfuerzo.

latreia (λατρεία, G2999), servir. Al servicio de culto según la Ley levítica, culto, u oficios del culto.

 

2.       Apóstoles y profetas dados como parte del fundamento de la iglesia Efesios 2:20.

 

3.       Pastores ποιμήν poimén (G4166), se utiliza en su sentido natural, de uno que cuida manadas o rebaños. —Ancianos presbuteros (πρεσβύτερος, G4245), adjetivo, grado comparativo de presbus, anciano. El término «anciano» indica la experiencia y entendimiento espiritual maduros de aquellos que son así descritos. Obispos episkopos (ἐπίσκοπος, G1985), lit., supervisor (epi, sobre; skopeo, mirar o vigilar).

 

4.       Evangelistas euangelistes (εὐαγγελιστής, G2099), un mensajero, un predicador del evangelio. euangelizo, un proclamador. Tiene que ver con comunicar el testimonio del evangelio: predicarlokeruáo como heraldo; hablarlaleo; testificar exhaustivamente —diamarturomai; predicareuangelizo; anunciarkatangelo; servirdouleuo; laborar —eissunathleo, ministrarjierourgeo.

 

5.       Maestros: διδάσκαλος didáskalos, instructor (Vine).  Un maestro, un instructor, uno que proporciona instrucción.

 

Tales funciones el Señor mismo “constituyó (Efesios 4:11), fue el Señor quien determinó la forma de ser llamados, esto lo vemos en las palabras que señala el texto anterior a los Efesios. Creo que es muy importante para quien sirve en el ministerio, que debe recordar que cuando se habla de lo que fue constituido por el Señor, refiere a los dones dados por el Señor (didomi (δίδωμι, G1325). Los nombres fueron puestos por el Señor, los dones fueron dados por el Señor para cumplir con dicha responsabilidad de servicio a los demás 1 Pedro 4:10-11 (diakoneo—διακονέω, G1247), ¡pero nunca! por quien le “encargó” hablando de algún hermano.  

 

Para muchos en nuestro tiempo, hablar conforme a las palabras de Dios, ministrar conforme al poder que Dios da, es algo que ha cambiado. Aunque muchos lo usan como bandera al hablar del servicio entre los que enseñan la palabra y orgullosamente lo recitan de memoria, no siempre es así. Usted mismo puede notar que Libro, capitulo y versículo no existen cuando hablan de alguien que dentro de la iglesia se hace llamar; el coordinador de la iglesia (en el país) porque esto se escucha de varios casos en países diferentes o en alguna región de varios países. Hay que decir además que se le tiene más “respeto” al que dice ser el presidente de la asociación religiosa que, a cualquier otro dentro de una congregación, y aun va más allá porque esto abarca una buena cantidad de congregaciones y predicadores de un país. Sin darse cuenta, que cuando orgullosamente proclaman que la cabeza de la iglesia es Cristo, el Hijo de Dios pasa a quedar en segundo plano, aunque se diga lo contrario. Recordemos, siglos pasan, y la máxima autoridad de la iglesia es el Hijo de Dios (Colosenses 1:18). El profeta escribió estas palabras que también nos deben recordar al respecto, “Sécase la hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8).  

 

Asi al hablar de los pastores en la iglesia local parece un imposible (por lo menos para la iglesia Latina), y digo esto por la razon de que escucho de como algunos enseñan sobre esa necesidad. Igualmente, al hablar de la autoridad de un evangelista para la iglesia, parece ser que nuestra cultura en la iglesia, no puede dejar atrás esta imagen donde el predicador, el evangelista o los maestros de una congregación, dependen de un coordinador, de un supervisor o del presidente de la asociación. Parece ser que estamos destinados a que una congregación que cuenta con un predicador o evangelista, tenga que depender de las decisiones de hermanos ajenos a la congregación local.   

 

Algunas voces a la defensiva se escuchan decir “él no es el coordinador, nosotros no le llamamos coordinador, el hermano no es el presidente, solo es un requisito del gobierno. Él no es un supervisor, solo es un intermediario, un hermano con visión, el hermano más capacitado, etc.” cosas por el estilo. Recuerdo las palabras de un hermano que me decía “nosotros no tenemos la escuela dominical, tenemos clases bíblicas.” ¿Qué quiero decir con esto? Que el cristiano hoy, debe ser congruente entre lo que cree y practica; que su teoría no sea solo eso, o de lo contrario tenemos un hermano que no se llama coordinador de la iglesia, pero sigue coordinando la iglesia, tenemos un hermano que no se llama supervisor, pero supervisa las iglesias, uno que no le llamamos presidente, pero nadie puede hacer nada sin su consentimiento y ninguna congregación tiene autoridad, es común de muchos decir, ¡primero le tengo que preguntar al hermano fulano para ver si está de acuerdo! 

 

Con el paso del tiempo nos damos cuenta que temas como la autonomía y la unidad son solo teorías que un buen hermano expone, que se leen en los pulpitos de vez en cuando, pero en verdad poco se practican por la razón que eso depende de la bendición de quien ostenta tal autoridad. Por lo tanto, si alguno se “rebela” y por alguna razón no se “alinea” el tal no entra en esa unidad. su autonomía no representa nada, este tipo de autoridades se encargan de disciplinar, o mejor dicho de prohibir, quitar, poner etc., al puro estilo de los Fariseos en tiempo judío, o a la manera de Diótrefes en tiempos del apóstol Juan a fines del siglo primero.

 

La iglesia hoy debe aprender lo que los oficios constituidos por Cristo, significan mucho, por el rol de funciones que tienen para la iglesia local. La iglesia debe saber que son un requisito indispensable para el funcionamiento según la voluntad de Dios, y el asegurar la estabilidad de la iglesia dentro de los límites de la doctrina de Cristo. Hay que pensar que, si la iglesia local se duele hoy, muchas veces se debe a que los hombres no están tomando esta responsabilidad o bien porque alguien no les permite cumplir con ella.

 

Queridos hermanos, nuestra generación está viendo pasar este tipo de cosas en la iglesia. Y tu hermano, ¿Eres un pastor? ¿Un evangelista? ¿Un maestro? Hagamos nuestras las palabras llamando las cosas bíblicas de manera bíblica y hagamos la función que nos corresponde “según el don que hemos recibido” (Rom. 12:1-6), solo así, entonces que cada miembro reciba el honor que merece según la voluntad de Dios.